Naruto, Einstein, Pain y
Freud: Una charla sobre la guerra.
Nota dedicada a mi 동생 Drope: intelectual de las consolas y compañero de
emociones. Gran seguidor de Nagato.
¿Puede el anime ser incluido en
nuestras vidas desde otro ángulo? ¿Puede el anime provocarnos pensamientos
nuevos, más de los que ya nos provoca? Estos han sido los grandes
interrogantes que han comandado mi mirada otaku desde pequeño: Instrumentalizar
al anime, como móvil de pensamiento:
Como hemos visto, si existen palabras en alguna
actividad humana, ésta podrá ser vuelta a decir en infinitas posibilidades más.
La saga de Misashi Kishimoto “Naruto Shippuden” me ha
encerrado en una gran curiosidad ya que en uno de sus tan profundos diálogos
entre personajes, me recordó a una correspondencia en particular y muy
célebre. En 1932 comenzaría una correspondencia entre Albert
Einstein y Sigmund Freud, en el marco de la Comisión
Permanente para la Literatura y las Artes, de la Liga de las Naciones la cual
le sugirió al Instituto Internacional de Cooperación Intelectual el
intercambio. Einstein fue uno de los primeros solicitados y
éste sugirió a Freud como su interlocutor. La tópica: la guerra.
Si bien Freud había considerado
ese intercambio “tedioso y estéril” según una carta enviada a Eitingon,
más tarde se continuaron escribiendo amistosamente. De todas formas, las cosas
escritas en dicha correspondencia son en alto grado curiosas, si para esto, nos
remontamos hasta el 27 de mayo de 2010, fecha en la que Kishimoto decide poner
en marcha uno de sus personajes más profundos: Pain. Destaco a partir del
capítulo #162 del anime, «El mundo conocerá el dolor» (世界に痛みを).
El contexto para ambos intercambios son las
guerras; en el mundo ficticio de Kishimoto, el proceder de una
asociación “criminal” que tensiona el clima de las 5 Grandes Naciones Shinobis
y prepara un caldo para la IV Guerra Shinobi; y por el lado de
Einstein y Freud, ya han padecido las
calamidades de la Primera Guerra Mundial y van afinándose hacia la cruel
Segunda.
El proceder de Pain es notable, se introduce en
la capital militar de una de las 5 Grandes Naciones Shinobis, la
correspondiente al poderoso país del Fuego y comienza a desafiar verdades.
Verdades en la lógica de su propia historia, en lo que su discurso puede decir.
El desastre será inminente. Pain se enfrenta de lleno a la líder de
Konoha, a la cual llaman Princesa Babosa. La tranquilidad y los privilegios de
una Tsunade, Quinta Hokage y primer mujer en recibir este título, una mujer
hecha de privilegios culturales y genéticos, se enfrenta a un paria nacido en
cuna de lodo, a un poderoso individuo que habría nacido con ojos de sabio,
milenarios. La mujer de cuna de oro contra el huérfano de guerra de cuna de
lodo.
Desde el inicio de las conversaciones
que Pain habría de iniciar, el dolor será su única referencia y le acompañarán
sus ideales de justicia y su desestimada idea de paz. Guerra y paz, son
esculpidos por la boca de Pain, con gran dolor. Un vínculo de circularidad los
une cuyo personaje pretende terminar, momentáneamente. Kishimoto le hace decir
a Pain: ” Sentid el dolor. Contemplad el dolor. Aceptad
el dolor: ¡Conoced el dolor! Si nadie conoce el dolor, ni siquiera pueden
intentar entender la verdadera paz.” Y arroja uno de sus jutsus
supremos sobre la capital militar del País del Fuego, en un despliegue muy
parecido al de una bomba atómica. Las tierras de Naruto y Tsunade quedan
reducidas a unos pocos escombros.
Cuando finalmente Pain toma por completo a
Konoha, comienza la épica charla entre el héroe naranja y el anti-héroe
corrompido por la violencia del mundo. Inicialmente, Naruto pese a ser un
resiliente de enciclopedia médica, es empujado a conocer las verdades del
mundo por fuera de las tranquilas murallas de Konoha. Pain dirá todo.
Matará a su maestro de vida, a su maestro ninja, a la persona que más lo ama,
debilitará a su líder y abuela espiritual, aniquilará la tranquilidad de su poblado
y se llevará la vida de miles.
En el episodio #163 y en el #165 del
anime comienzan los potentes diálogos:
Naruto–
¿Dices que buscas la paz: dime dónde está?– y señala una Konoha devastada.
Pain–Sólo
buscas un árbol, no ves el resto del bosque. No sabes el verdadero significado
de la paz. […] Crearé paz y haré justicia.
Naruto–
¿Paz, justicia? Mi maestro, mi sensei, mis amigos, mi aldea. Después de todo lo
que has hecho, no te atrevas a hablar de paz o justicia.
Pain–
Mi familia, mis amigos, mi aldea. Ellos sufrieron el mismo destino como esta
aldea, por ustedes. ¿Es justo permitir que gente como ustedes prediquen la paz
o la justicia?–las palabras de Naruto encienden
la ira contenida de Pain y éste lo clava al suelo. La escena es infinitamente
compleja.
El protagonista del anime, Naruto,
da cuenta del verdadero dolor de Pain, pese a estar inundado
de frustración queda sorprendido, un efecto de verdad a surgido en él. El
diálogo continúa y en estos puntos que se continúan se introducen las
correspondencias de Einstein y Freud de un
modo curioso. Haré literal las expresiones utilizados por los cuatro personajes
y corroboraremos la similitud entre los mismo, históricos y ficticios, de
manera sorprendente. Nótese la luz en este parlamento:
Pain–Para
proteger sus intereses feudales, se les obligó a crear guerras, unos contra
otros y se beneficiaron de ellas; sin embargo, nuestra pequeña nación y sus
aldeanos se convirtieron en el campo de batalla. Tú y yo buscamos lo mismo.
Cada uno de nosotros actuamos según nuestro propio sentido de justicia. La
justicia que yo he traído a Konoha, no es muy diferente a la que tú estás
intentando hacer. El dolor de perder a tus seres queridos es lo mismo.
TÚ TIENES TU JUSTICIA Y YO TENGO LA MÍA. Ambos somos hombres normales
buscando venganza bajo la bandera de la justicia, sin embargo, si hay justicia
en la venganza, entonces sólo la justicia traerá más venganza y desencadenará
un círculo de odio. Los seres humanos no se pueden entender. El miedo infundido
por ese dolor, evitaría las guerras. El miedo emprenderá el camino hacia la
estabilidad y la paz. Con el tiempo el dolor se desvanecerá. El dolor dará una
paz momentánea.
Cuando Pain enuncia este diálogo con Naruto, no
existen muchas cosas que decir: el crudo discurso que encierra
verdades, pone en jaque al otro interlocutor. Actualmente hemos
padecido algunos conflictos bélicos en nuestro mundo, desde las invasiones de
EE.UU. a Medio Oriente hasta la tensión entre las lejanas-cercanas Corea del
Norte y Corea del Sur. La zona de los Balcanes, la tensión Ucrania-Rusia,
Venezuela-Colombia, etc.; a veces una imagen vale más que mil palabras, y el
humor vuelve más eficaz el mensaje:
Aquí es donde ingresa el eximio Albert
Einstein, con su correspondencia a Sigmund Freud,
fechado el 30 de Julio de 1932 en Caputh, cerca de Postdam. Éste se
pregunta lo mismo que Pain y Jiraiya por
añadidura y se lo comparte a Freud: “¿Hay algún camino
para evitar a la humanidad de los estragos de la guerra?”. Y escribe
también:
El afán de poder que caracteriza a las clase
gobernante de todas las naciones es hostil a cualquier limitación de la
soberanía nacional. Este hambre de poder político suele medrar gracias a las
actividades de otro grupo guiado por aspiraciones puramente económicas. Pienso
especialmente en ese pequeño pero resuelto grupo, activo en toda nación,
compuesto de individuos que, indiferentes a las consideraciones y
moderaciones sociales, ven en la guerra, en la fabricación y venta de
armamentos, nada más que una ocasión para favorecer sus intereses particulares
y extender su autoridad personal. […] Parecería ser que la minoría,
la clase dominante hoy, tiene bajo su influencia las escuelas y la prensa, y
por lo general también la iglesia. Esto les permite organizar y
gobernar las emociones de las masas y convertirlas en su instrumento.
Las palabras de Einstein rectifican el
sistema del que tanto sufrió Pain: corrupción, afán de poder,
guerras, centros de poder decidiendo el destino de miles. El mismo
Einstein que será considerado padre intelectual de la bomba atómica, que al
mismo tiempo, abogó por el pacifismo, el internacionalismo,
el socialismo democrático e incluso el vegetarianismo.
Pero esto no es todo, más adelante, con el correr
de los episodios Naruto y Pain siguen dialogando,
esto es clave, el diálogo permite abrir TODAS estas posibilidades que nosotros
podemos o leer o trabajar desde aquí, tanto sean aquella curiosa
correspondencia o la espectacularidad ficticia entre personajes de un
anime. Dicen algo que introduce a Freud, padre del Psicoanálisis:
Pain– El
mundo conocerá el dolor. El miedo infundido sobre ése dolor, evitaría guerras.
Y el mundo se dirigirá hacia la estabilidad y la paz.
Naruto–
Pero ese tipo de paz… ¡No es más que un error!
Pain–Los
hombres no son criaturas muy inteligentes. Ésta es la única manera
de conseguir paz. Y después de varias décadas, ése dolor también se irá
desvaneciendo con el tiempo. Ya no sería un impedimento y la humanidad
empezaría a luchar una vez más. En ése momento
ellos usarán el arma definitiva contra los demás y volverán a confirmar qué es
el verdadero dolor. Y entonces la paz se restauraría una vez más durante un
tiempo. En el curso de este interminable círculo de odio… el dolor dará lugar a
una paz momentánea. Ése es mi sueño.
La idea que instala Pain es que
el dolor de la humanidad inhibiría el efecto de una futura
guerra. El dolor y el sufrimiento desencadenado por un dolor previo más grande
permitiría que la humanidad, sumida en el miedo no buscara más guerras. Él está
decidido a generar un gran dolor, sólo por un poco de paz momentánea. En la
correspondencia, Freud no parece pensar muy diferente de Pain
o Nagato, pues nos dice:
Por paradójico que suene, habría que confesar
que la guerra no sería un medio inapropiado para establecer la anhelada paz
“eterna”, ya que es capaz de crear aquellas unidades mayores dentro de las
cuales una poderosa violencia central vuelve imposible ulteriores guerras. […]
Así, la consecuencia de todos esos empeños guerreros sólo ha sido que la humanidad
permutara numerosas guerras pequeñas e incesantes por grandes guerras,
infrecuentes, pero tanto más devastadoras.
Tanto Freud como Einstein
vivieron las Primera y Segunda Guerras Mundiales, por lo que dicha
correspondencia tiene valor histórico y subjetivo para los intelectuales. Ambos
judíos, se exiliaron en EE.UU. y Gran Bretaña hasta el resto de sus días.
Incluso sufrieron todo de desacreditaciones dentro del Tercer Reich.
A Einstein los físicos nazis descreían de su teoría de la relatividad que consideraban
desopilante y judía. Freud fue considerado un judío “con coronilla”, ya que sus
más famosos analizados ejercieron presión para que no sufriera ninguna
reprimenda; excepto antes de exiliarse en donde raptan a su hija Anna y
entonces Freud escribe una irónica y famosa frase: “Recomiendo a la Gestapo
a todo el mundo.”
Freud coincide con Pain en base a que el
“dolor” evitaría una posible ulterior guerra. Freud consideraría que la
angustia generada la evitaría. Pain habla de miedo.
La creación del personaje de Kishimoto, Pain (o
Nagato en su verdadero nombre e identidad), nos expresa los verdaderos planteos
del creador. Nagato, su infancia es registrada como aquello in-indecible
de la experiencia de la guerra; Kishimoto introduce un personaje sensible, que
vive en un país pobre, con una familia sencilla y lo aplasta con la guerra, lo
destruye, lo hace sufrir para luego hacerlo hablar. La experiencia de la guerra
es muy difícil de volver a escenificar en la subjetividad, Kishimoto nos
explicita la infancia de un niño, que quedará huérfano y solo, desmayándose de
hambre en un país desolado y podrido por las permanentes lluvias que lo azotan,
país rehén de los intereses de las grandes naciones con las que limita. Nagato
queda huérfano, tiene hambre, frío, está mojado, nadie lo consuela. Un perro
mucho más hambriento que él, lo sigue. Muere su mascota. Conoce a dos huérfanos
de guerra más, primero amigos, después familia, después legión: Konan y Yahiko.
Ése huérfano hablará más tarde, cuando sea adulto. Ésto es central, una
infancia vulnerada implicará huellas en la memoria imborrables.
Cuando Pain debe cazar a la
bestia que lleva sellada Naruto dentro, para armar el “arma definitiva”
(entiéndase también como una bomba atómica narutiana), el combate con todas sus
fuerzas como el protagonista de la serie que se deja poseer por completo, por
la ira y el odio que radican en su bestia sellada. Cuando Naruto fuera de
control le propina los más espectaculares ataques, Pain grita
con un nudo en la garganta (episodio #168):
“¡Mi dolor es mucho más grande que el tuyo!”
¿Existen dolores más grandes que otros? No lo
sabemos, pero lo que sí podemos comprender, son aquellos movimientos que un ser
humano puede propiciar para volver activo algo que ha sufrido pasivamente.
Tras Naruto poder recomponerse y volver a tomar
poder su propio cuerpo, decide ir a hablar con Nagato. Naruto
quiere darle una respuesta honesta a sus interrogantes. Al encontrar Naruto la
base sobre una montaña, comienza tal vez, uno de los momentos más sensibles de
esta saga, descubriéndose la verdad sobre la figura de Nagato. Y aquí le
daremos lugar a un personaje que nos sensibiliza: Jiraiya o el Sabio de los
Sapos. Naruto recuerda a Jiraiya, su maestro de vida, su mentor. Jiraiya
había tenido como interrogante poder alcanzar “el entendimiento mutuo”,
evitando las guerras y el odio en el mundo ninja. Nagato le dice: “A
las palabras se las lleva el viento, al amor, no.” Permítanme
lagrimear lo que siempre lagrimeo como Narufan.
Naruto–Quiero
oír su historia, quizás se me ocurra una respuesta.- le dice.
Nagato–Existen dos momentos muy
dolorosos en mi vida: La muerte de mis padres y la muerte de Yakiho.
El honesto Naruto, socrático como ya lo he dicho
muchas veces, no sabe qué decir. Da cuenta de lo complejo del asunto y se queda
en un prudente silencio. Pero Nagato recuerda a su maestro, al maestro que le
dio la posibilidad de esclarecer su camino, su destino. Naruto tendrá
al mismo maestro: Jiraiya.
La figura de Jiraiya o el
Sabio del Monte de los Sapos, uno de los Tres Legendarios Sannin
(leyendas guerreras de Konoha, Tsunade y Orochimaru completan el trío) es la
que aquí introduce algo que en Psicoanálisis llamamos el “don”.
Jean-Jacques Lacan nos ha enseñado sobre esto, el amor del don que se
da, se comparte implica el amor del-que-da-algo-que-NO-tiene.
Jiraiya poético y pensativo nunca había podido encontrar la clave para poder
cortar la dificultad de la guerra, el odio entre los seres humanos. Incluso
escribe un libro inspirado en Nagato de pequeño, contando las aventuras de un
ninja valiente y honesto que busca la paz. Ése libro, esas palabras, esos
gestos y esos recuerdos arman a la figura de este verdadero padre.
Jiraiya será mentor simbólico de “Akatsuki” y de todas
las futuras manifestaciones del carácter de Naruto.
Un pájaro padre cruza a sus tres pichoncitos por
un río turbulento. Les pregunta a cada uno si serían capaces de retribuir ese
gesto, si se diera la oportunidad, con uno simétrico hacia él. Los dos primeros
aseguran que lo harían. El pájaro padre deja que caigan y se ahogen en el río.
El tercer pichón dice no saber bien qué es lo que haría, pero está seguro que
haría por sus hijos lo mismo que su padre hace ahora por él. A éste lo salva,
salvándose así la transmisión simbólica del don.
El amor considerado de esta forma
atraviesa las generaciones. Si se da sin esperar es porque ya se ha recibido en
Otro lugar. Venimos a la vida con una deuda impagable. Lo transmitido es una
deuda que no se paga, deseo absoluto que crea la posibilidad de la continuidad
humana.
Entre recuerdos de los dos, emerge uno de los
últimos hermosos parlamentos del sabio Nagato:
Nagato–Los pacíficos ciudadanos
perturbados por la paz de la Tierra del Fuego entregaban pequeñas pequeñas
comisiones, que ellos mismos pagaban, para que Konoha los utilizara como fondo
de guerra. La Tierra del Fuego formó parte de la guerra, sin embargo FALSAMENTE
PROCLAMAN LA PAZ. La paz que disfrutan sólo las grandes naciones, sólo
existe precariamente gracias a los sacrificios que hicieron las pequeñas
naciones.
La violencia y la crueldad siempre existirán […] Todo lo que Jiraiya-sensei dijo sólo es un deseo
Y en este momento final, se da el efecto-sujeto;
el momento de verdad, cuando un otro nos devuelve algo estructural en nuestras
vidas:
Nagato–Todo lo que dijo
Jiraiya-sensei sólo es un deseo inútil. Ahora dame una respuesta.
Naruto–Creeré
en lo que Jiraiya-sensei creía.
Nagato–La paz es imposible.
Naruto–ENTONCES
YO ROMPERÉ ESA MALDICIÓN, SINO EXISTE
LA PAZ, YO HARÉ QUE EXISTE. NUNCA ME RENDIRÉ.
Nagato–Eso, eso… Esas
palabras.
Naruto–Son
tomadas desde este libro. El primer libro de Ero-sennin (Jiraiya). Él estaba
intentando cambiar el mundo con esto. Al final del libro él escribió sobre el
alumno que lo inspiró a escribirlo. Eres tú, Nagato.
Al fin y al cabo, Nagato
confiará en las simples y no muy resueltas palabras de Naruto
y desistirá de su plan; muriendo prestando a todos los pobladores de Konoha
que había asesinado, su energía. Antes de morir, dice:
Nagato–Las guerras causan la
muerte, las heridas y el dolor para ambos bandos. La muerte de alguien cercano
se hace duro de aceptar. Nos convencemos a nosotros mismos de que no hay
manera de que ellos puedan morir[…] Puedes intentar encontrar el significado de
la muerte, pero sólo existe el dolor.
Muerte sin sentido, odio eterno y dolor
que no cesa: ésto es lo que significa la guerra.
Volvamos a la famosa correspondencia. Freud
le explica a Einstein que existen dos caracteres psicológicos de la
cultura que parecen los más importantes, y son los que nos han permitido “debemos
lo mejor que hemos llegado a ser”, pues son: “el fortalecimiento del
intelecto que empieza a gobernar a la vida pulsional, y la interiorización de
la inclinación a agredir, con todas las consecuencias ventajosas y peligrosas.”
En el decir, utilizando como ejemplo lo que venimos viendo: la posibilidad
intelectual, al estilo de Jiraiya escribiendo, trasmitiendo o parece
ser, la segunda opción como la ligada al dolor. Freud despejará estos
conceptos como:
- Actitud
cultural.
- Justificada
angustia antes los efectos de una guerra futura.
A veces podemos encontrar en diferentes ámbitos de
nuestras vidas, la posibilidad de sentirnos inspirados, cautivados,
entusiasmados. La figura de Jiraiya me resulta central; él marca un
camino aquí, deja un legado. Nagato lo toma. Naruto también, pero
la diferencia entre los dos discípulos es que el protagonista no agrega mucho,
no ha dicho nada nuevo. Sólo DESEA encontrar algo nuevo, algo de paz.
De la misma manera que, volviendo a la realidad, Einstein
y Freud con sus posibilidades históricas y personales, han podido
compartir, expresar e incluso luchar en tiempos de adversidad. Han abierto un
legado, en la física y en el campo de la salud mental.
La referencias de esta saga de Naruto Shippuden, no solamente
pueden ser interpoladas con teóricos de la guerra o intelectuales de todos los
tiempos, Yagami Light de la controvertida “Death Note” ha implicado todo
un debate filosófico en base a la noción de JUSTICIA y de PODER; La cruenta guerra civil de Ishbal
en las dos exquisitas “Full Metal Alchemist”
también nos educa; las sucesivas guerras y enfrentamientos entre Israelíes y Palestinos; la
situación en Medio Oriente todo, la tensión
entre las Coreas o las crueldades del mismo
ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial,
ni comentar las infames dictaduras latinoamericanas del siglo
pasado. El debate está a flor de piel, no desaprovechemos las
posibilidad de salir de un área de seguridad intelectual y onanista
posmoderna-burguesa.
En una guerra siempre se
perderá más de lo que se ganará.
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